No, rotundamente no, por mucho que se esfuercen en
demostrarlo los líderes talibanes y su más que declarada Jihad. Después
del descanso estival vuelvo con todos vosotros para comentar la
extraordinaria, difícil y compleja situación internacional pues no se
trata de un enemigo convencional y localizado en un territorio sino que
ahora la lucha es contra el terrorismo internacional dispersado por
múltiples países y que tiene su cuartel general en Afganistán como
todos sabéis.
Soy uno de los cientos de millones de personas que aquel 11
de septiembre quedó estupefacto ante lo que las cadenas de todo el mundo
retransmitían en directo, imágenes conocidas por todos y que dieron la
vuelta al mundo.
Pues bien, después de un mes de aquel fatídico día y de
un investigación de semanas por parte de los servicios de inteligencia
estadounidenses, C.I.A. y F.B.I., se dio por finalizada la misma y se
procedió a capturar a los presuntos responsables, que terminaron siendo las
personas que desde un principio se señalaron como tales, Osama Ben Laden y su
organización terrorista Al-Qaeda.
Detrás de todo este asunto está, como espejo en el que se
miran este tipo de fanatismos, la situación de Palestina en la que EE.UU.
siempre ha prestado su apoyo al estado judío de Israel, digamos que es un
toque de atención del mundo islámico que pide una solución digna para el
pueblo palestino. Por supuesto, los métodos empleados por estas mentes
retorcidas del terrorismo son totalmente repudiables y no justifican de
ninguna manera la injusta situación de Palestina. EE.UU. tendrá que realizar
un gran esfuerzo para lograr la paz en los territorios ocupados si no quiere
ser víctima de más sangrientos atentados, pero delante tiene a un tozudo
gobierno israelí cuyo primer ministro Sharon no está dispuesto a ceder ni un
ápice.
Como decía, detrás de todo este infierno se esconde el
grupo terrorista dirigido y financiado por el multimillonario saudí Ben
Laden, viejo conocido de EE.UU. por su colaboración con la C.I.A. y más
tarde por ser el presunto instigador de diversos atentados contra intereses
estadounidenses en todo el mundo.
Toda esta destrucción del 11 de septiembre no sólo
conlleva una pérdida ingente de vidas humanas sino que trae consecuencias
negativas en la economía mundial y una respuesta bélica por parte de EE.UU.
y Gran Bretaña que sacude a un país ya de por si castigado por las
diferentes guerras civiles sufridas desde que el Ejército Ruso invadiera
Afganistán en 1979. Sin duda nos enfrentamos a una situación tensa y
delicada donde los países aliados deben unirse a EE.UU. si no quieren
enfrentarse a aislamientos y bloqueos internacionales y los países árabes y
musulmanes no van a tolerar ninguna intervención en otros países donde
EE.UU. ha comprobado que existen bases de entrenamiento de terroristas como
Bangladesh, Indonesia y Filipinas, en esta última se esconde el sangriento
grupo terrorista islámico Abu-Sayaf.
Volviendo al tema de Ben Laden, ¿qué fue lo que sentó
tan mal y provocó ese cambio de bando? La invasión de tropas occidentales en
general y americanas en particular de territorios históricamente islámicos
en la Crisis del Golfo Pérsico para resolver un conflicto que él –pensaba-
podía resolver con tropas árabes. La negativa que recibió desde el palacio
real de Arabia Saudí y el apoyo que éste prestó a Estados Unidos fueron la
gota que colmó el vaso y pasó a hacer su particular guerra con EE.UU., su
grupo Al-Qaeda se ha nutrido todos estos años de integristas y fanáticos
reclutados de países árabes y musulmanes que perciben al mundo occidental
como el gran demonio de la humanidad causante de todos los desequilibrios
entre las regiones del mundo.
El terrorismo es una lacra de la sociedad democrática como
bien sabemos en España, parece anecdótico que los mayores asesinatos de la
historia se hayan cometido en nombre de dios, dioses que siempre han
promulgado la tolerancia entre las diferentes culturas, recordemos que los
cristianos tuvieron a la Santa Inquisición como excusa para asesinar a todo
aquel que no mostraba sus propias creencias y las Cruzadas para someter al
cristianismo a todo creyente musulmán, en fin, todos, todos los fanatismos
son violentos como ha demostrado el curso de la historia.
Volviendo al tema afgano, podemos decir que Afganistán es
el prototipo de nación que nunca lo ha sido ya que sus diferentes gobiernos
no han sabido o no han podido unificar a todo el pueblo, digamos que es un
territorio formado fundamentalmente por tribus y que sólo ha permanecido
unido cuando un invasor externo ha traspasado sus fronteras, así ocurrió con
Gran Bretaña en el siglo XIX y así ocurrió con la extinta Unión Soviética
a finales del XX, no ha conocido período de paz pues si no existía un
invasor externo, eran las guerras civiles las que se encargaban de acabar con
sus gentes. El armamento que posee Afganistán es el que el Ejército Ruso
abandonó en su huída, dejó tanto como para armar estas guerras civiles
sufridas durante la década de los ochenta y noventa, y que ahora también se
está utilizando para la que se avecina, en contra, este armamento está
obsoleto y oxidado, podemos destacar los misiles Scud ya conocidos en la
Guerra del Golfo, los Stinger de alta precisión adquiridos recientemente,
carros de combate soviéticos y algunas decenas de cazas de 1965 que ya han
quedado anticuados. En cambio poseen el que es el mejor fusil de asalto, el
AK-47 Kalashnikov, ligero y de precisión.
Los talibanes son un producto estadounidense creado por la
C.I.A. para la lucha contra los rusos pero que el tiempo y los acontecimientos
mundiales han convertido en el primer enemigo de EE.UU., su líder espiritual
es el Mulah Omar, estrecho colaborador de Ben Laden. Como decía uno de los
portavoces de Al-Qaeda, EE.UU. no conocerá la paz en su territorio mientras
no la haya en los islámicos, haciendo referencia también al bloqueo
internacional al que está sometido Irak y que ha causado la muerte de miles
de civiles, en su mayor parte niños -¿acaso esto no es terrorismo?-, todo
ello ante los ojos del mundo occidental sin que nadie mueva un dedo para
evitarlo. Me atrevo a decir que sus peticiones son totalmente comprensibles,
hasta llego a apoyarlas, pero por supuesto se equivocan en los métodos
empleados, enfrentarse a la violencia con más violencia es un error.
Pues bien, después de más de un mes de bombardeos
indiscriminados (por mucho que insista EE.UU. de que sólo se abre fuego sobre
objetivos militares), la cifra de muertes de civiles según el régimen
talibán ronda los novecientos y los refugiados agolpados en la frontera con
Pakistán, que oficialmente tiene cerradas sus fronteras con Afganistán, se
acerca a cifras que pueden ser consideradas de desastre humanitario más aun
si no se consigue hacer llegar la ayuda a las zonas interiores del país
afgano. Como en todas las guerras las víctimas son, además de la verdad, los
civiles inocentes, tan inocentes como los miles de civiles que se encontraban
en las Torres Gemelas y el Pentágono el día de los atentados.
No soy ningún estratega ni analista militar pero les puedo
asegurar que ninguna guerra se gana desde el aire o desde el mar, hace falta
una intervención por tierra que parece ser que a día de hoy (19/10/2001) ya
ha empezado con la entrada de tropas especiales que a buen seguro tendrán
objetivos muy concretos y localizados y allanarán el camino a más fuerzas
terrestres encargadas de la toma de Kabul y el derrocamiento del régimen
talibán.
El secretario de estado norteamericano Colin Powel no
descartó la inclusión de talibanes moderados en un futuro gobierno
democrático afgano en el que deben estar representadas todas las culturas del
país, recordemos que la Alianza del Norte no es una alternativa de gobierno
en Afganistán pues durante su gobierno se cometieron también atrocidades y
violaciones de los derechos humanos y de la mujer.
Ahora en Occidente tenemos una nueva amenaza, la guerra
biológica, son numerosas las cartas llegadas a personajes de la vida pública
norteamericana, periodistas y políticos, con Ántrax o Carbunco como lo
conocemos aquí en España, una enfermedad que contraen los rumiantes y que
puede afectar gravemente al ser humano. Todos los países se han puesto en
guardia ante esta nueva amenaza terrorista que ha llegado incluso a Kenia y
Argentina. En España ya se han tomado medidas para estos ataques aunque aquí
es improbable que los padezcamos, en unas desafortunadas declaraciones la
ministra de sanidad, que ya demostró su total incompetencia en la crisis de
las vacas locas, ha sugerido que ante suposiciones de haber estado en contacto
con el Carbunco, acudamos al médico de cabecera para no colapsar los
servicios de urgencia. Se imaginan: "Don Manuel, he recibido este sobre
con polvillo blanco y... ¡¡¡CUERPO A TIEEEERRAAAAAAA!!!" –diría el
médico-. Vamos que estas declaraciones me parecen una alarma total a la
sociedad española o una ignorancia absoluta por parte de la ministra,
personalmente me quedo con la segunda suposición.
Particularmente no soy partidario del envío de fuerzas
españolas a la zona del conflicto, España debe mostrar su apoyo a EE.UU.
contra el terrorismo y a la vez gozar de esa cordialidad que nos caracteriza
en los países islámicos. Lo que verdaderamente me ha decepcionado es que la
Unión Europea se ha dado cuenta de la necesidad de leyes más duras contra
los terroristas y la creación de un espacio judicial común a raíz de los
atentados perpetrados en Washington y Nueva York cuando desde hace tiempo el
gobierno español pedía estas mismas medidas contra los etarras, sin duda,
hoy los terroristas de E.T.A. se sienten más acorralados en el ámbito
internacional. A su vez deseo un rápido desenlace de la guerra, en la que
tantos y tantos civiles inocentes van a padecer si no llega la ayuda
humanitaria a todas las regiones de Afganistán.
En fin, esto es lo que pienso y esto es lo que escribo, o
acaso en España sólo pueden escribir personajes como Eduardo Zaplana o Ana
Rosa Quintana. Seguiremos informando...
Para Agost.com, Juan Francisco Gómez M.
juanfran@agost.com